El miedo es una de las emociones básicas para los seres vivos, nos permite estar en alerta para superar los peligros y nos ayuda a sobrevivir.
Frente a un peligro, nuestro cuerpo produce una hormona, la adrenalina que nos empuja a cambios físicos y mentales y nos prepara a la acción: lucha o huida. Si pensamos a la evolución, es exactamente gracias al miedo que nuestros antepasados se han protegido de animales salvajes, enemigos, un ambiente hostil y salvaje.
Ahora, por lo menos en las sociedades occidentales, los estímulos que nos producen miedo ya no son leones o invasores, si no más bien la perdida de trabajo, un cambio en nuestra vida o los varios problemas con los que diariamente tenemos que lidiar. Pero las reacciones físicas, cognitivas y conductuales quedan las mismas que tenían nuestros antepasados.

Aunque a veces estamos hartos de sentir el miedo y queremos eliminarlo, borrarlo de nuestra vida, es una emoción que como hemos dicho es muy útil, así come la ansiedad y las preocupaciones. Todas estas emociones se vuelven un problema solo cuando son experimentadas de una forma muy intensa o fuera de contexto. Las cosas cambian cuando el miedo se vuelve crónico y que no se le puede relacionar con ningún estímulo concreto.
El miedo, a veces no es solo una emoción que sentimos por algo concreto, un lugar, una persona, una situación, si no a veces tenemos miedo de experimentar otras emociones. Cuantas veces hemos visto que nuestros pacientes tienen miedo a unas emociones en concreto, la soledad, la vergüenza, etc… Aprender que estas emociones existen, que todos las sentimos, que se pueden expresas y compartir, que son humanas y que no nos dañan, hace que el miedo poco a poco desaparezca de nuestras vidas.
El miedo puede representar una emoción tapadera de otras emociones, así como la ansiedad.
Pasa, a veces, que solo nos focalizamos en esto en nuestra vida, que no hay espacio para nada mas, cuando volvemos a sentir y a nombrar cada emoción con su nombre, el miedo vuelve a su lugar, no ocupa todos los espacios de nuestras vidas.
Herramientas gestión del miedo:
Identifica de que tienes miedo.
Intenta reconstruir su historia, ¿cuándo ha empezado?
Haz alguna hipótesis del porque nació.
¿Que estrategias has usado para superar el miedo, cuales han sido útiles, cuales no?
Elimina de tu vida las estrategias que no han sido útiles.
¿El miedo esconde otras emociones? Identifícalas.
¿Que peso tienen estas emociones en tu miedo?
¿Tienes miedo a alguna emoción? ¿Cuál es?
Describe el miedo dibujándolo con lápiz o rotuladores de colores.
Expresa el miedo escribiéndole una carta, descríbelo detalladamente y explica porque ya tiene que alejarse de tu vida.
Annalaura Cardella
Psicòloga d’adults
nº col.legiada: 20018
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