La Navidad es la fiesta de la familia y de la alegría, es un momento que acerca a los familiares y es una oportunidad para estar juntos a las personas que no vemos mucho durante el año. Pero no todo el mundo vive las fiestas con alegría, al revés, siempre es mayor el número de personas que vive este momento del año con cansancio y obligación.
Es así que escuchamos siempre más a menudo “La Navidad no la soporto!” “Las fiestas me vuelven triste…”. Detrás de estas frases se pueden esconder mecanismos que llevan a desequilibrar los hábitos de las personas que en lugar de sentirse feliz, perciben las “vacaciones de navidad” como una “obligación” y su estado de ánimo se vuelve deprimido.
Entre los factores de riesgo se encuentra: el cambio de rutina, que durante la Navidad esta modificada y son una fuente de estrés. Los niños están en casa para muchos días y quien no puede cogerse días en el trabajo, tiene que pensar a como, donde y con quien dejarlos.En estos días, salen lo recuerdos del pasado, el sentido de perdida y nostalgia, felicidad y melancolía se asocian en una forma inevitable.
En psicología al fenómeno de la infelicidad es conocido como “síndrome de las vacaciones de Navidad” y la sintomatología es:
ansiedad
tristeza
sentido de vacío
nostalgia
irritabilidad
incapacidad de encontrarse a gusto con los seres queridos
Estas sensaciones, una vez transcurrido la temporada de navidad, pueden desaparecer de forma espontánea o pueden empeorar.
Aquí algunos consejos para reducir o eliminar la depresión:
- No es obligatorio expresar un “espíritu navideño” y felicidad si no sentimos psicológicamente coherente con el contexto. Evitar de fingir, permite de bajar el estrés debido a las expectativas de felicidad de los demás, de tomar un espacio para nosotros y a actividades relajantes y placenteras.
- Evitar el “vació” y la inactividad: durante las fiestas, como hemos visto, la rutina esta modificada, muchas personas están de vacaciones y fácilmente se quedan “descubiertos” sin actividades de hacer. Hay casos de personas que se encuentran en soledad sin nadie para pasar el tiempo. En este caso se vuelve importante buscar ocupar el tiempo con actividad que nos gustan.
- Compartir con alguien las emociones y sentimientos: cuando nos sentimos triste, deprimidos, preocupados y nostálgicos es importante hablarlo con alguien, una persona querida, un amigo, que pueden acoger el estado de ánimo y nos hagan sentir escuchados y entendidos. Gracias a la comparación con el otro pueden nacer nuevos puntos de vista y pueden salir nuevas perspectivas
- Evitar de cambiar demasiado nuestros hábitos y los ritmos que pueden facilitar los cambios de estado animo
- Volver la crisis una oportunidad: vivir un momento de tristeza nos puede poner en crisis, pero estar en la crisis y cruzarla podría ser la oportunidad de una cambio, de un momento para crecer. En este caso pararnos y observarnos, reflexionar sobre la causa que nos hace sufrir y buscar soluciones para enfrentarnos, podría ser un comienzo para una nueva etapa.
En este caso si no se logra estar en el dolor es necesario pedir ayuda psicológica para ser acompañados hacia el cambio.
Annalaura Cardella
Psicóloga, N. col 20018
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