Muchos padres os habréis hecho esta pregunta, ¿verdad? En la sociedad actual, el nivel de exigencia es mucho mayor y por ello surgen las dudas y las preocupaciones. Y aunque los hijos son lo más importante, se tiene la sensación de no dedicarles todo el tiempo que se desearía debido a las tantas otras exigencias del día a día.
Como es lógico, no existe la receta mágica para garantizar la felicidad de vuestros pequeños, pero sí que hay algunas bases para criar niños felices y que os ayudarán a disipar vuestras preocupaciones:
- No intentéis compensar el tiempo que no podéis dedicarles siendo más benévolos o complacientes. Frecuentemente, algunos padres que no se sienten bien por no poder dedicar el tiempo que les gustaría a sus hijos, acaban comprando regalos extras, dejándoles hacer lo que quieran para que (supuestamente) estén más contentos, etc. Pero esta estrategia es de lo más perniciosa… Lo que realmente necesita un niño son padres tranquilos y seguros, que conozcan bien su rol y que no se sientan mal por ir a trabajar. Necesitan calidad de tiempo, es decir, que el rato que estés con ellos sea provechoso: atendiéndolos, jugando con ellos, riendo y hablando.
- Comunicaos con ellos. Responded todas sus preguntas, atended sus preocupaciones, preguntadle qué piensa, qué siente desde pequeño. Además es recomendable tener una charla diaria, con tranquilidad y cercanía.
- Atended sus emociones: hablad de sus sentimientos, ponedle nombre a sus emociones, enseñadle a entender también las de los demás.
- Dejad que tomen sus propias decisiones: déjales hacer pequeñas elecciones, no resolváis los problemas por ellos, preguntadles para que ellos encuentren la solución, animadles a que las pongan en práctica. Si por sí mismos no las encuentran, ofrecedles estrategias para que lo consigan. Un niño feliz es aquél que va desarrollando su propia autonomía, que se siente capaz a la vez que apoyado por sus padres. Así también llegarán algunos errores, que son necesarios para su aprendizaje, en general, y para aprender a tolerar la frustración. El error como padres es intentar evitar que se equivoquen, pues la sobreprotección merma su autoestima.
- Autonomía con límites: Los límites les aportan la seguridad que necesitan en su entorno, con ellos sentirán la protección de sus progenitores. Ambos padres tienen que estar de acuerdo en las normas de casa, en las pautas educativas, en los horarios, en qué está prohibido y qué es negociable.
Deixa un comentari